Conectar con nuestras heridas del pasado

Publicado el 29 de julio de 2025, 17:10

Hace unos días una consultante trajo a sesión una escena de su infancia. 

La recordó después de varias sesiones de estar conversando sobre el dolor que le causa el lugar que ocupa frente a los vínculos sexoafectivos.

Se preguntaba así misma porqué estaba repitiendo un patrón que la ubicaba en un lugar de niña pequeña herida y necesitada. 

 

Esa misma semana, otra consultante comentaba sus experiencias laborales y se preguntaba porqué siempre iba a pérdida en sus trabajos y nunca a ganancia.

 

Otro consultante, acercó situaciones con el dinero.

Aparecen entonces patrones que se repiten aunque nos causen dolor. Queriendo o sin quererlo, terminamos siendo parte de situaciones que nos duelen, nos dejan en pérdida, o nos hacen sentirnos poco mirados o queridos por los demás. 

 

Pero...

 

¿Por qué repetimos patrones que nos duelen? 

¿Qué se encierra ahí en esa repetición, en ese exceso? ¿De qué parte de nuestra historia vienen estos patrones y porqué no podemos resolverlos y avanzar? 

¿Vienen de nuestra historia? ¿De nuestro árbol? ¿De mensajes que escuchamos desde pequeños? 

¿Será que de alguna manera nos sentimos cómodos en esa posición subjetiva? 

¿Será que esa zona de confort nos es cómoda a pesar de que duela y moleste? 

 

Las cicatrices de las heridas emocionales son invisibles pero dejan su huella. Se pueden recordar, reparar y sanar para seguir adelante. 

 

Solo hace falta, dar el primer paso y empezar un espacio psicoterapeútico que nos permita descubrir dónde quedaron estos patrones para traerlos a la conciencia presente y dejar de repetirlos.

 

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